Para poder alcanzar una meta deseada, primero hay que empezar... y esa es una de las cosas más difíciles en este plano terrenal; solemos imaginar constantemente todo lo que haríamos si tuviéramos el trabajo de nuestros sueños, ganando todo el dinero que deseamos, junto a la persona que más nos atrae o que amamos, y deseando alcanzar el poder, y así imponer nuestra voluntad sobre los demás.
La realidad es que muchas de las veces, todo queda precisamente en eso: imaginar. Soñamos con degustar los frutos de un esfuerzo que nunca realizamos, y el simple hecho de ser conscientes de que hay que trabajar duro y hacer sacrificios por ello, nos predispone a irlo aplazando hasta que llegue la hora adecuada para actuar. El recurso del que menos disponemos es precisamente el del tiempo, y por esta razón necesitamos actuar de manera precisa y en el momento oportuno.
Por alguna extraña razón hoy comienzo estas líneas hablando precisamente de algo que me ha costado mucho trabajo; los últimos meses me he concentrado en la idea de poder brindar un servicios hacia los demás, pero no estaba seguro de cuál era la mejor forma de hacerlo. Diferentes circunstancias se me han puesto enfrente, impidiendo de alguna manera el vislumbrar con claridad el camino que debía tomar, pero sobre todo obstaculizando el dar precisamente el primer paso.
Hoy, en el momento en el que el tránsito de Mercurio atraviesa por mi 10ª casa natal, dejando ver así un nuevo horizonte comunicacional, he dispuesto que la mejor forma de cumplir con uno de mis objetivos de la vida es precisamente por este medio. La mayor parte de mi día estoy sentado frente a un monitor, en un cubículo dentro de una oficina, así que de vez en cuando puedo disponer de algunos minutos para escribir algo que estoy seguro que algún día llegará a los ojos destinados a leer esto.
Si estas líneas llegan a servir como un poco de luz en el camino de alguien, me daré más que bien servido. Conozco la sensación de estar perdido y de no saber cuál es la mejor dirección que hay que tomar, así que realmente deseo que lo que llegues a encontrar aquí te sirva como una guía, una rosa de los vientos o un mapa en este laberinto llamado vida.
Mi nombre es Qadosh Ashshaph y estoy para servirte.
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